El cáncer de células renales (también llamado cáncer de riñón o adenocarcinoma renal) es una enfermedad en la que se encuentran células malignas o cancerosas que se originan en el revestimiento de los túbulos del riñón (en la corteza renal).
Los riñones son dos órganos en forma de frijol, cada uno aproximadamente del tamaño de un puño. Están ubicados justo debajo de la caja torácica (costillas), uno a cada lado de la columna vertebral. Su función es filtrar la sangre, eliminando los desechos y el exceso de agua para producir orina y así mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales (como sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre.
El cáncer de células renales es responsable de un 2-3% de todos los tumores malignos en el adulto. Es 2 veces más frecuente en hombres que en mujeres, siendo más frecuente en afroamericanos que en raza caucasiana.
La mayoría de los casos se diagnostican entre la 4ª y la 6ª década de la vida (a partir de los 50 años de edad), pero se puede presentar a cualquier edad.
El cáncer de células renales se presenta más frecuentemente de forma esporádica (sin antecedentes familiares) y raras veces forma parte de un síndrome hereditario (5% de los casos).
No se han determinado las causas exactas de esta enfermedad, sin embargo, el tabaquismo (dobla el riesgo de desarrollar esta enfermedad), la exposición a ciertos productos químicos (cadmio, asbestos, petróleo) la obesidad, la enfermedad quística renal adquirida en pacientes sometidos a diálisis crónica (30% de estos pacientes desarrollarán un cáncer renal) y el uso indiscriminado de analgésicos (aspirina y fenacetina, en este caso más implicados en el desarrollo de cáncer de vías urinarias), se asocian con un incremento en la incidencia de esta enfermedad.
Se continúan estudiando los factores que provocan este tipo de cáncer, incluidas las formas de evitarlo. Si bien no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, tal vez pueda reducir el riesgo con las siguientes medidas:
Las personas con cáncer de riñón pueden experimentar los siguientes síntomas o signos aunque hay casos donde no se manifiesta ningún cambio. En otros casos, la causa de estos síntomas podría ser una afección médica diferente al cáncer.
Análisis de sangre y orina. El médico puede recomendar un análisis de sangre para comprobar el número de glóbulos rojos en sangre. También puede recomendar un análisis de orina para detectar sangre, bacterias o células cancerosas. Estas pruebas pueden sugerir la presencia de cáncer de riñón, pero no pueden utilizarse para dar un diagnóstico definitivo.
Biopsia. Es la forma más segura de que el médico sepa si un área determinada del cuerpo tiene cáncer. Durante la biopsia, se toma una pequeña muestra de tejido para hacerle pruebas en un laboratorio.
Exploración por tomografía computarizada (TC). Una exploración por TC crea imágenes del interior del cuerpo utilizando rayos X que se toman desde diferentes ángulos. Una computadora combina estas imágenes en una imagen tridimensional detallada que muestra las anomalías o los tumores. Una exploración por TC se puede utilizar para medir el tamaño del tumor.
Radiografía. Una radiografía es un modo de crear una imagen de las estructuras internas del cuerpo usando una pequeña cantidad de radiación.
Imágenes por resonancia magnética (IRM). Una IRM (en inglés) utiliza campos magnéticos, en lugar de rayos X, para producir imágenes detalladas del cuerpo. Se puede usar la IRM para medir el tamaño del tumor.
La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de los tipos de cáncer de riñón, con el objetivo de extirpar el tumor y preservar la función renal normal. Algunos procedimientos utilizados para tratar el cáncer de riñón pueden ser los siguientes:
Es posible que el cáncer de riñón recurrente y el cáncer de riñón que se extiende a otras partes del cuerpo no sean curables, pero que puedan controlarse con tratamiento.
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El Dr. Belisario Torres Alvarado es egresado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, posteriormente se especializó en urología en el hospital Juárez de México obteniendo así a travez de la UNAM su título en la sub especialidad de cirujano urólogo
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